Abro los ojos
veo tu sombra sobre la pared
y respiro ausencia con los labios
abiertos
Caen mis párpados sobre tu recuerdo
sudo arena y desnudez,
soy una duna eólica
atravesada por remolinos de tiempo
Me desarmo sobre la superficie de tu
voz
que se derrite por mis pantorrillas,
sobre tu espalda abandono el pudor en
esferas azules
y mis dedos las guían columna abajo,
buscan la profundidad del sismo
para descomponer la verticalidad de la
sal
Líquido fuego desborda tu mirada
cuando la noche muerde la piel
y mis pestañas tropiezan por los
caminos de tu rostro
Abro los ojos
la mañana es un golpe en la cara
veo la pared
la sombra
la ausencia.